A pesar de las lagunas que aún afectan a muchos empleados en materia de salarios y condiciones laborales, el mercado de trabajo ha cerrado en 2018 un ejercicio en el que, al menos, ha conseguido volver a la misma cifra de cotizantes a la Seguridad Social que tenía el sistema justo cuando la crisis económica comenzaba a mostrar sus primeros zarpazos: al finalizar diciembre, había 19.024.165 afiliados, una cifra que no se veía desde finales de 2007, con casi 19,4 millones, en lo que fue un año récord tras el ‘boom’ inmobiliario.
En los últimos 12 meses, las empresas han generado altas de 563.965 puestos de trabajo, lo que supone un incremento superior al 3% con respecto al año anterior. Se mantiene así la tendencia iniciada en 2015 de incremento anual de afiliados por encima del medio millón (en 2014 fue de algo más de 417.000), aunque en 2017 el número de cotizantes se incrementó en más de 611.000.
Desde que se inició esta recuperación de empleo, España ha generado 2,8 millones de puestos de trabajo. Una realidad que, para el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, supone acercarse a la cota de los tres millones nuevos de afiliados con la que se podría dar por cerrado «el ciclo recesivo» y por recuperado «el ciclo alcista». Atrás queda el trágico periodo de destrucción de empleo, entre 2008 y 2013, en el que dejaron de cotizar a la Seguridad Social más de tres millones de trabajadores, como consecuencia de la doble recesión vivida en 2009 y posteriormente en 2012.
Sin embargo, para poder asentar ese más de medio millón de nuevos afiliados, el mercado laboral español ha necesitado formalizar casi 22,3 millones de contratos de trabajo en todo el año. Es decir, de media, un trabajador ha tenido que firmar 40 contratos en 2018 para obtener un puesto de trabajo. En 2017, esa relación era de 35 contratos por cada empleo nuevo, lo que revela un mayor uso de los contratos temporales de más corta duración.
Porque entre las novedades más significativas que han arrojado las cifras de empleo de 2018 destaca el auge en el número de afiliados con contrato fijo. De los más de 513.000 nuevos cotizantes asalariados incorporados al sistema, 484.072 han sido con carácter indefinidos, esto es, un 94% del total. En el caso de los afiliados temporales, han crecido en apenas 9.966 en los 12 últimos meses (menos del 2% del conjunto de nuevas incorporaciones). «El mercado de trabajo apuesta por relaciones más duraderas y menos precarias», ha sostenido Octavio Granado durante la presentación del balance anual de la Seguridad Social. De hecho, el número de contratados a jornada completa ha aumentado en 423.000 en 2018 mientras que los de jornada parcial apenas ha rozado los 71.000.
Con este bagaje, Granado se ha felicitado frente a los «agoreros»que anticipaban una crisis con la llegada de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno, en junio, tras la moción de censura que derrocó al expresidente Mariano Rajoy. «No es verdad que tomar medidas que mejoren la situación laboral de los trabajadores perjudiquen a la actividad económica», ha recordado el secretario de Estado. Entre junio y diciembre, la evolución del mercado laboral «ha sido aún más positiva», en parte, según su análisis, por las medidas que ha tomado el Ejecutivo en materia de fiscalización de falsos autónomos o empleados a tiempo parcial, así como lo relativo al Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Granado ha vuelto a defender el incremento del SMI a 900 euros al mes, con efectos desde el pasado 1 de enero. Pero ha ido un paso más allá al recordar que para que la Seguridad Social tenga una situación de equilibrio es fundamental «que crezcan los salarios». Y «no solo deben subir los mínimos», ha apuntado, sino que también «deben subir todos los salarios», de forma generalizada. «Solo así podremos ponernos a la altura de las pensiones que queremos cobrar».
Con el incremento de cotizantes acumulado en los 12 últimos meses, también ha mejorado la proporción entre trabajadores y pensionistas, hasta situarse en los 2,28. Es una cifra superior a la mínima de 2017 (2,23 empleados por pensionista), aunque aún está muy lejos de los 2,71 del 2007. Los expertos consideran que, para garantizar el sistema de reparto de pensiones, la ratio debe situarse en los 2,25, aunque en el caso español, con un mercado laboral tan volátil, todavía es necesario incrementar más esa cifra.
El Ejecutivo considera que esa realidad se va haciendo patente día a día al recordar que la afiliación de trabajadores a la Seguridad Social ha crecido en 2018 a un ritmo del 2,87%, y el IPC acumulado a un 1,7%, lo que debería corresponde a un alza conjunta del 4,5% en términos de salarios. Sin embargo, los ingresos por cotizaciones se han incrementado en ese periodo un 5,3%, casi un punto más de lo que hubiera correspondido según la evolución del mercado de trabajo, lo que se debe, según el Gobierno, al incremento de los sueldos.
Por otra parte, el número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo (antiguo Inem) bajó en 210.484 desempleados en 2018 (-6,17%), sexto descenso anual consecutivo, aunque el menos pronunciado desde el ejercicio 2013, ha informado este jueves el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.
El volumen total de parados alcanzó a cierre del pasado año la cifra de 3.202.297 desempleados, manteniéndose en su nivel más bajo de los últimos nueve años, después de registrar en el último mes de 2018 un descenso mensual de 50.570 desempleados (-1,5%), su menor retroceso en un mes de diciembre desde 2012.
La bajada del desempleo en 2018 es la sexta consecutiva tras la de 2013, 2014, 2015, 2016 y 2017 cuando el paro cayó en 147.000, 253.000, 354.203, 390.534 y 290.193 personas, y contrasta con las subidas experimentadas en el periodo 2007-2012.
En concreto, en 2012, 2011 y 2010 el paro aumentó en 426.364, 322.286 y 176.470 personas, respectivamente, mientras que en 2007, 2008 y 2009 las listas de las oficinas públicas de empleo sumaron 106.674, 999.416 y 794.640 parados más.
Fuente: larioja.com